domingo, 11 de mayo de 2014

Mis memorias del Viejo..¡.Mundo!...Venecia.

     Llegué a Venecia como a las 10 de la noche, había tomado el tren de Stuttgart a Milán, que fué donde conocí al Sr. Issam Shihab de Israel, y como yo sólo llevaba dinero francés, el me disparó mi torta y refresco, platicamos mucho rato, de su esposa, sus hijos, su trabajo, realmente se portó muy lindo conmigo, me invitaba a cenar, pero obviamente aunque me cayó muy bien, no iba yo a ser tan confiada, luego que les platiqué a Amparo y Hans, hasta me aplaudieron por mi buena decisión, me dió su tarjeta y yo le dí mi dirección también, para en un futuro seguir nuestra plática amena en cartas. En Milán decidí no quedarme, pues perdería un día, y no vería o Venecia, o Roma, y pues ya estando allá no me podía dar ese lujo, aparte de que ya no andaba muy bien de $, así que tomé el tren a Venecia de las 7 y cacho o algo así, ¡ah! en el tren de Stuttgart a Milán, también conocí a Antonio el de Colombia, y también platiqué mucho con él, pero él no me cayó muy bien, se me hizo muy metiche. El Sr. Issam también me regaló unos dulces, y la verdad sí me dió miedo comérmelos, de que fuera a ser una trampa, pero gracias a Dios no fué, y además tenía  mucha hambre.

     Bueno, como decía al principio, llegué a las 10 P.M., y también tenía ciertas dudas sobre si ése era el tren correcto a Venecia, y pregunté como 3 veces a pasajeros, ( de los poquitos que ya quedaban, por eso también me daba miedo ), pero todos me decían que sí, y pues así era. Lo primero que hice, fué como siempre cambiar el $ por moneda del País, en éste caso a Liras, eran como 130,000  por 100 dólares, luego fuí a buscar algo parecido a un Hostal, pero todos estaban llenos y como no era prudente quedarme en la calle, sólo por no gastar, fuí a preguntar a un hotel,el Hotel Espagna, y ya ahí me quedé, ahí conocí a Mirco Busato, él trabajaba en la recepción, y sólo quedaba un cuarto, pero costaba 125,000 liras, que era casi justo lo que yo acababa de cambiar, pero no me quedaba de otra, pero me lo dejó a fin de cuentas en 90,0000, lo que me daba tristeza, era que mientras platicábamos, llegaba gente a preguntar por habitaciones y pues les decía que ya no había cupo; ésa fué una de las 3 ocasiones en que de milagro alcancé lugar, nos pusimos a platicar, y Mirco me contó que quería poner un negocio y quería que yo fuera  su socia, pero para nada, yo sólo hago negocios con mi Agüadita y Jovanka, me lo decía muy en serio, pero no. Por fin me fuí a dormir como a la 1 de la mañana, el cuarto me gustó tanto, que le tomé fotos y hasta al baño, no cabe duda que ése fué el mejor hotel de todos.

     Al día siguiente, me tuve que levantar temprano, porque el desayuno ( que ya iba incluído en el precio ), se servía hasta las 10 AM, me bañé bien a gusto, no que me decían, " que no había agua en Europa " y "¡menos en Venecia! ", eso no es cierto; lo que me fascinó del baño, fué que tenía pistola de aire en la pared, así que felizmente me arreglé mi copete, también me llamó la atención el listón de emergencias en la regadera, y guardé de souvenir el shampoo, ¡ah! y lo chistosísimo que me pasó, fué que cuando me desperté y fuí al baño..., ¡no le pude abrir!, y ya estaba yo como medio loca, pues quería más o menos hacer pipí, y además me tenía que bañar para ir antes  de las 10 AM a ¡ desayunar!; no iba a perder mi desayuno, después de lo caro que me había costado, intenté de toooodas las maneras que pude para abrir la puerta, y no podía, y no podía etc., así que como oí ruidos en el pasillo..., me asomé a ver si era alguien confiable, para pedirle el favor de que me abriera la puerta del baño, y lo bueno fué que era la camarera, le expliqué y ella muy amablemente me dijo que sí, pasó y...¡ abrió la puerta tan fácilmente!, pués tenía un mini botón, que se tenía que apretar para que abriera la "dichosa puerta", yo creo que pensó que yo iba de un País, donde no existían las puertas. Bueno me bañé, bien a gusto y me fuí a desayunar, el comedor restaurante era chiquito pero agradable, y bien decorado, el desayunpo estuvo rico, 1 huevo cocido, leche, jugo y galletas con rombitos, y aparte me supo rico, por la emoción de saberme en Venecia; terminando de desayunar me fuí de compras, y lo disfruté muchísimo, pues entraba a las tiendas que yo quería y cuando yo quería, aunque ya andaba un poco corta de feria, no me compré ni mis botines, ni mi anillo de piedra azul cielo, pero en cambio me compré la muñeca de porcelana, la Góndola, la Máscara, los aretes de máscara; visité la Iglesia de Santa Lucía, y a las 3 de la tarde, fuí a esperar a Mirco en la estación donde nos habíamos quedado de ver, para que me acompañara a los barcos baratitos, en lo que llegaba, me entretuve tomándole fotos a una palomita rejega que no se dejaba, pero finalmente le tomé la foto, y también me heché el round de unos novios que se enojaron, pero luego por fin se contentaron; llegó Mirco y fuimos a los barcos, iba bien lleno y casi no dejaba la gente ver, aparte comenzó a lloviznar; luego fuimos a ver aparadores, me compré mi sweater de flores que me fascinó, después fuimos a comer pizza, estaba rica, y Mirco la bañaba con aceite de oliva que ¡qué bárbaro!, bueno así acostumbran allá, y aparte no le ponen chimichurri. Fuímos a la Catedral de San Marcos, había mucha gente, y se me hizo como que le falta iluminación, la Plaza de San Marcos me encantó, y obviamente me tomé foto con las "famosas palomas". En Venecia, a los coches les dicen máquinas, bueno más bien en Italia, y yo pensaba: " Máquina de escribir, o de coser ", ¡ah!, y muy importante, vi el famosísimo Ponte dei  Sospiri, " El Puente de los Suspiros", y Mirco me explicó que se llama así, porque cuando pasaban los presos, de un edificio al de enfrentente, que era la cárcel, los presos "suspiraban", porque sería la última vez que verían la ciudad, al pasar por él. Finalmente, a las 9 de la noche, salió mi tren a Roma, y Mirco me acompañó a la estación a despedirme.

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