miércoles, 11 de junio de 2014

Fidelidad...¡A prueba del tiempo!


     No soy una persona que se catalogue de "muy animalera", prefiero ver a los animales "de lejitos", y en especial a los perros, pues desde niña he tenido una fobia, de la que nunca he podido tener una explicación; pero a mis hijos, sí que les gustan los animales, si por ellos fuera, la casa ya estaría convertida en un "Refugio para mascotas desamparadas", ellos ya conocen mi forma de pensar en cuanto al tema, pero también, siempre han sabido que aunque no sea yo "tan de los animales", no me gusta verlos sufrir, y mucho menos ver que sean maltratados.

     En una ocasión, iba en camión, y ví un anuncio pintado en un muro que decía: "Se puede saber del "corazón" de una persona..., según como trate a los animales. Y eso es tan real, pues si alguien maltrata a los animales, probablemente lo hará también con los humanos.

     El tema que quiero tratar hoy, comenzó con un programa de Televisión Española, en que hablaban sobre un perro increíblemente noble y fiel..., nada más y nada menos, que el ya mundialmente famoso,  perro Canelo de Cádiz; a continuación su hermosa historia que fué redactada por: Nicole Rosales.

     La historia de Canelo empezó un mal día de 1990, en que su dueño y amigo, un conocido vagabundo de Cádiz, ingresó en un hospital para someterse a una diálisis. Era algo habitual y como siempre, dejo a Canelo a la entrada del hospital con una frase, "espere aquí, aquí compañero"..., pero ese día algo salió mal...,  hubo complicaciones,  y el enfermo falleció durante su tratamiento.

     Pero Canelo no podía comprender, que su amigo ya no estaba vivo. Ya le había acompañado muchas veces al hospital, y su compañero siempre había vuelto. ¿Por qué no salía ahora?. Así como le había dicho al entrar, le esperó y esperó más, un día..., y otro, y otro..., una semana, y otra..., un mes, y otro...

     Doce años esperó Canelo a su compañero, sin apartarse de esa puerta del hospital, donde le vió por última vez, aguantando el frío del invierno, y el asfixiante calor del verano en Cádiz. Incluso fué denunciado por un vecino, quien dijo que había atacado a su perro; lo que motivó que los trabajadores de la perrera,  se lo llevasen "detenido", preparándolo para ser sacrificado;  pero era tal el cariño que el perro había despertado entre sus vecinos de Cádiz, que hubo movilizaciones populares pidiendo el indulto de tan noble y fiel animal, algo que se consiguió cuando el Teniente de Alcalde y Concejal Delegado de Sanidad de Cádiz, Don José Blas Fernández, firmó un decreto indultando a Canelo. Una asociación apadrinó al can, y le proporcionó las vacunas y los permisos necesarios, para que pudiese seguir esperando a su dueño, sin tener  más problemas "con la justicia".

     Y así lo hizo durante 12 años..., hasta que murió atropellado,  el 9 de Diciembre de 2002..., pocos metros del lugar,  del que nunca se alejó por su propia voluntad.

      Si existiese un cielo, seguro que estaría lleno de perros. Y Canelo tendría allí un lugar muy destacado.

     En Cádiz, se le recuerda con una placa conmemorativa, colocada muy cerca, del lugar donde pasó casi toda su vida, donde reza la siguiente inscripción:

     "A Canelo, que durante doce años esperó a las puertas del hospital,  a su amo fallecido. El Pueblo de Cádiz, como homenaje a su fidelidad. Mayo de 2003".
                                                                                               "Fué un perro fiel" "Descanse en Paz"


      Así volvemos a nuestra plática inicial,  pero antes de continuar, ¿Qué les pareció esta historia?, hermosa..., ¿verdad?, quién podría no conmoverse con tan tierna historia, es increíble como los animales constantemente,  " parece que nos quieren decir algo...", pero nosotros como buenos humanos, nos hacemos de la vista gorda..., y oídos sordos, con esta historia mi conclusión es que "Hay perros que son muy buena gente..., y gente...,  que es bien perra". ( sin ofender a los perros).

     Aquí el video de youtube, donde aparece el Canelo, observemos su mirada..., si no nos conmueve, es porque algo dentro de nosotros,  debe andar mal...

                                                                                 



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